Galicia, sorprendente tierra de vinos, de gran diversidad de terruños, climas, altitudes y cientos de uvas autóctonas que por invisibilidad de las circunstancias fueron dejadas en el olvido, casi hasta el punto de desaparecer.
Se dice que Galicia es una tierra llena de secretos si bien se podría decir tierra de tesoros ya que los pequeños viñedos vecinales han resguardado durante años las más diversas cepas que fueron dejadas de lado porque no se sabía cómo trabajar con ellas, no se entendía su comportamiento, eran muy difíciles de cultivar y de bajos rendimientos.
Por suerte aquellos tiempos ya quedaron atrás y la nueva generación de viticultores gallegos ha hecho de lo viejo lo nuevo unos vinos tintos de una singularidad única que están maravillando al mundo.
Uva Merenzao, también conocida en Galicia con los nombres de Bastardo y Carnaz.
Bodega Ronsel do Sil. Región Ribeira Sacra.
Vino: Alpendre Merenzao, sinfonía natural de los bosques gallegos, olores extraviados delicadeza infinita un gran ejemplo de la singularidad que se respira en Galicia.
Uva Sousón.
Bodega Santa Marta. Región Valdeorras.
Vino: Viñaredo Sousón, tras la recuperación de unas pequeñas parcelas de viñedos de uva Sousón nace este diferenciador vino del que se puede apreciar que hay un gran potencial.
Uva Brancellao.
Bodega Algueira. Región Ribeira Sacra.
Vino: Algueira Brancellao, elaborado por Fernando González viticultor que parece ir siempre a contra corriente, con sus escasísimos vinos esta reivindicando a la perfección el terruño y las variedades autóctonas.
Uva Loureiro Tinto.
Bodega Forjas do Salnés. Región Rias Baixas.
Vino: Goliardo Loureiro, sin duda un aire fresco para el panorama vinícola gallego y un mensaje reivindicativo para los vinos tintos de la región Rías Baixas. Personalidad única con excelente acidez que descubre su origen atlántico.
Uva Garnacha Tintorera.
Bodega Alan de Val. Región Valdeorras.
Vino: Escada Lembranzas, sin duda un ejemplo de la consolidación de esta noble variedad que ya es parte del terruño gallego, en la que se fusionan a la perfección el clima, suelo y los aromas antiguos.
Uva Caiño.
Bodega Quinta da Muradella. Región de Monterrei.
Vino: Quinta da Muradella Caiño, simboliza la coexistencia del entorno, la explosión de una labor bien hecha en el viñedo, de llegar quizás a un nivel de calidad tan alto que está fuera de lo normal.
Uva Espadeiro.
Bodega Forjas do Salnés. Región Rías Baixas.
Vino: Goliardo Espadeiro, fruto de los parrales a pie de mar, viejos, olvidados y dejados de lado por el furor de los vinos blancos. En él se puede palpar sensaciones de mar y tierra.
Uva Mencía.
Bodega Envínate. Viticultores Pablo González y Envínate. Región Ribeira Sacra.
Vino: Parcela Camiño Novo, buscadores incansables de la identidad gallega, costumbristas a ir más allá, creadores de vinos de uva mencía muy distintivos en toda la región gallega.
Uva Mouretón.
Bodega Dominio do Bibei. Región Ribeira Sacra.
Vino: Dominio do Bibei Mouretón, bodega que ha sabido ir más allá y producir vinos de gran originalidad en viñedos olvidados.
Uvas Brancellao, Caiño y Ferrón.
Viticultor Luis Anxo Rodríguez Vázquez. Región Ribeiro.
Vino: A Torna dos Pasas Escolma, según mi punto de vista simboliza lo que hace diferente a Galicia, es cómo un laberinto que nos lleva hacia la profundidad de una tierra que aún tiene mucho que decir.